Comprar el billete de avión a Nueva Zelanda era el primer paso de esta aventura. Y uno de los más importantes, pues suponía que no había vuelta atrás.
En el momento de hacer la compra, estuve comparando precios en varios portales: SkyScanner, Kayak, eDreams y alguno más. Finalmente compré un vuelo de la compañía Swiss, a través de los resultados de Google Flights.
También estuve jugando con los destinos: Queenstown y Christchurch, en la isla sur de Nueva Zelanda. Christchurch es la ciudad más importante de la isla sur, y pude comprobar que los precios son algo más bajos que a Queenstown. Así que el vuelo determinó también mis primeros días en NZ, la idea es pasar al menos la primera semana en Christchurch, sin duda un buen sitio para hacer la toma de contacto inicial.
Así será mi vuelo Madrid – Christchurch:
- Madrid – Zúrich, de 2 horas y 50 minutos de duración, operado por Swiss Airlines
- Escala en Zúrich de 50 minutos
- Zúrich – Singapur, de 12 horas y 10 minutos de duración (Ufff!!), operado por Swiss Airlines
- Escala en Singapur de 2:50, que me vendrá genial para estirar las piernas
- Singapur – Christchurch, de 9 horas y 45 minutos de duración, operado por Singapore Airlines
El tiempo total, contando las escalas, es de 28 horas y 25 minutos. Una barbaridad, pero a la vez uno de los tiempos más cortos que pueden encontrarse en este tipo de vuelos a Nueva Zelanda.
Para los dos vuelos largos, me hubiera encantado ir en ventanilla, pero ante la falta de experiencia he optado por coger asiento de pasillo, para tener la libertad de levantarme cuando quiera sin molestar a nadie. Veremos cómo llevo tantas horas dentro de un avión!
PD: ¿será casualidad que la compañía aérea con la que viajaré a Nueva Zelanda sea de Suiza, otro de los destinos marcados en rojo en mi lista de pendientes??
Amante de la montaña, la naturaleza y descubrir lugares nuevos. Informático de profesión, mis intereses y pasiones me han llevado por otros caminos profesionales. Autor desde 2007 del sitio web LinkAlicante, donde comparto mis consejos sobre rutas, pueblos con encanto y turismo sostenible.