Tercer día de trek en las Agujas Rojas con YokmoK. Todavía con la euforia de haber alcanzado la cima de nuestro primer tresmil, el Mont Buet, afrontamos el descenso al asombroso Valle de la Diosaz.
El trekking en los Alpes franceses nos deparaba una sorpresa tras otra. El Valle de la Diosaz no se parecía a nada de lo que hubiésemos visto hasta ese momento. Ante nosotros se abre un estrecho y pronunciado corredor, tapizado hasta el último centímetro por un verde intenso. Un largo camino nos separaba todavía del refugio, íbamos a tener que apretar los dientes si no queríamos perdernos la cena!
Foto inferior: el Valle de la Diosaz, con el río en su lecho. Al fondo, el Macizo del Mont Blanc.
La Diosaz se encuentra en la “cara oculta” del Macizo de las Agujas Rojas. Una zona mucho menos frecuentada por turistas, y donde la sensación de estar en el fin del mundo es, si cabe, mayor.
Volviendo la vista atrás, hacia el sitio del que venimos, aparece la impresionante silueta del Mont Buet. Cuesta creer que hace unas pocas horas hayamos estado en esa cima, que ahora comienza a cubrirse de amenazadoras nubes. Es un detalle en el que merece la pena fijarse: las etapas del Tour de las Agujas Rojas fueron tan intensas, que por la tarde parecía que días enteros nos separasen de lo sucedido en la mañana. Hay que vivir algo así para creerlo.
Varias horas después de haber entrado en la Diosaz, la fatiga comienza a notarse. Es una jornada maratoniana, sin duda la más dura en lo que llevamos de trek. El valle se nos está haciendo largo. A pesar de eso, disfruto de cada paso, de cada roca bajo mis pies, de cada brizna de hierba húmeda. Cruzamos arroyos constantemente, el paisaje es de una gran belleza.
Más adelante, la presencia de animales “domésticos” nos confirma que nos acercamos a nuestro destino, el refugio está cerca…
Nos miran extrañados, como pensando “están locos estos humanos”.
Tras superar el último descenso, como iluminado por unos rayos celestiales, aparece ante nosotros el tercero de los refugios del trek. Nuestro dulce hogar durante esa noche, la última en Alpes. No podemos evitar un cierto sentimiento de nostalgia, sabemos que el final de la aventura está cerca. Un final que desearíamos no llegara nunca.
Antes de entrar a cenar, echamos un vistazo a lo que nos aguarda al día siguiente. Al fondo, el Macizo del Mont Blanc. Justo delante, a la izquierda, las Agujas Rojas. Allá, en lo más alto, el último collado que tendremos que superar.
Continuará…
Y si no leíste las entradas anteriores, no te pierdas el resumen del Viaje a Alpes.
Amante de la montaña, la naturaleza y descubrir lugares nuevos. Informático de profesión, mis intereses y pasiones me han llevado por otros caminos profesionales. Autor desde 2007 del sitio web LinkAlicante, donde comparto mis consejos sobre rutas, pueblos con encanto y turismo sostenible.